Las orquídeas son flores tan hermosas e interesantes que nadie debería dejar de cultivarlas por preocupaciones sobre supuestos problemas. Algunas orquídeas son difíciles de cultivar y requieren condiciones muy específicas. Sin embargo, la mayoría de las orquídeas disponibles como plantas de interior son tan fáciles de cultivar como las violetas africanas, y pueden alegrar cualquier hogar. Pero, como cualquier planta, las orquídeas pueden sufrir ciertos problemas, y entender cómo tratarlos puede hacer que su cultivo sea más fácil y agradable.
Un problema muy común en las orquídeas es el amarillamiento de las hojas. El color correcto de las hojas de las orquídeas suele ser un color verde pálido o medio, por lo que cuando las hojas empiezan a ponerse amarillas, es una señal de que algo va mal. Cuando una orquídea recibe demasiada luz, las hojas suelen empezar a ponerse amarillas. La solución a este problema es sencilla: basta con trasladar la orquídea a una situación más sombreada. Por el contrario, si las hojas se vuelven demasiado oscuras, puede significar que la orquídea necesita más luz.
Cómo cultivar orquídeas en el exterior paso a pasoLa mayoría de las orquídeas cultivadas como plantas de interior proceden de regiones tropicales o subtropicales. Allí las temperaturas nunca son ni siquiera frescas, por lo que hay que tener cuidado de que la orquídea no esté sometida a temperaturas inferiores a los 55 grados Fahrenheit. Dejar la orquídea en el alféizar de la ventana durante un invierno boreal puede dañarla, pero una vez más, la solución es fácil, basta con poner la orquídea en un lugar más cálido y las hojas deberían recuperar su coloración normal.
También pueden surgir problemas con respecto al ciclo de floración de las orquídeas. Para empezar, la mayoría de las orquídeas necesitan un periodo de descanso para simular la estación seca de su entorno original. Si ayuda a su orquídea a descansar durante varias semanas durante el invierno, le permitirá entrar en su ritmo natural y será más probable que florezca. Si su orquídea ha descansado y sigue negándose a florecer, puede significar que no se están cumpliendo los requisitos de temperatura. Asegurarse de saber si su orquídea prefiere temperaturas cálidas o frías, y corregir esto, si es necesario, puede ayudar a la orquídea a entrar en el ciclo de floración.
Cómo deben ser las macetas para orquídeasUna de las condiciones más frustrantes relacionadas con la floración de las orquídeas es cuando los brotes comienzan a formarse y luego se caen todos. Hay varias cosas que pueden causar la pérdida de capullos, y conocer los requisitos exactos de su orquídea le ayudará a corregir esto. Si la orquídea tiene demasiado calor o demasiado frío, los capullos pueden caerse. A las orquídeas no les gusta estar empapadas, y si ha regado en exceso, esto puede impedir que los capullos florezcan. Otra cosa que puede provocar el desprendimiento de los capullos es mover la orquídea de un lugar a otro durante esta época. La floración exige mucho a las plantas, y llevarlas de un lugar a otro, cambiando de hecho su entorno, puede causar demasiado estrés en la planta, provocando la pérdida de los capullos.
La mayoría de las orquídeas crecen como epífitas en la selva tropical y, aunque el entorno es muy húmedo, la posición de estas orquídeas muy por encima del suelo significa que también reciben mucha circulación de aire. Cuando hay poco movimiento de aire alrededor de las orquídeas, éstas pueden ser más susceptibles a las infecciones por hongos. Éstas suelen manifestarse en forma de moho en las hojas o cuando éstas empiezan a pudrirse. Hay fungicidas disponibles en los centros de jardinería que pueden ayudar a tratar estos hongos. Junto con este tipo de tratamiento, también sería una buena idea aumentar el movimiento de aire alrededor de la orquídea, ya que el aire viciado sólo hará que el problema resurja.
Tipos de macetas para orquídeas