Orquídeas cuidados y cultivo. Cuando alguien compra o recibe de regalo algún ejemplar de esta hermosa planta, lo primero que uno se pregunta es cómo cuidar una orquídea, para esto deben seguirse dos reglas generales. La primera consiste en escoger orquídeas cuyos requerimientos de luz, temperatura y humedad están dentro de las posibilidades climáticas del lugar donde se vaya a ubicar la planta. La segunda tiene que ver con las condiciones climáticas del lugar, lo más posible, a las necesidades de las plantas. Los factores más importantes que deben de considerarse en el cultivo de estas singulares plantas son: luz, temperatura, humedad, ventilación y sustrato.
Existen orquídeas silvestres e híbridas. Las silvestres viven en diferentes ecosistemas, como las selvas o los bosques, mientras que las híbridas son el resultados de cruzas entre especies distintas.
En términos generales las orquídeas silvestres pueden cultivarse al aire libre, en lugares con ciertas condiciones climáticas. Las híbridas requieren, con mayor frecuencia, condiciones de invernadero para prosperar.
A continuación te mostramos más información sobre las orquídeas cuidados y su cultivo:
Luz
Las orquídeas requieren de mucha luz, sin que esta llegue a quemarlas. Recuerda que la luz es indispensable para la el proceso de fotosíntesis de las plantas. La mayoría de los miembros de esta familia no toleran la luz directa del sol, algunas orquídeas pueden luz directa pero solo por un periodo corto durante la mañana. Existe una gran diversidad en cantidad de luz que necesitan las distintas especies. La cantidad más conveniente de iluminación puede determinarse por observación directa de la planta.
Cuando la planta recibe más luz de la que requiere, su follaje (hojas) se vuelve de un color verde amarillento. Contrariamente, si recibe menos luz de la necesaria, su follaje cambia a un color verde oscuro. Se observa que una orquídea recibe la cantidad de luz adecuada cuando sus hojas tienen un color verde brillante y florece en abundancia.
Temperatura
Se puede generalizar diciendo que las orquídeas necesitan una temperatura diurna de entre 13 y 32 grados centígrados y una nocturna que quede en el rango de los 10 a los 21 grados centígrados.
Es frecuente a estas plantas en tres grupos dependiendo de los requerimientos de temperatura: orquídeas de temperatura alta (cálida) intermedia y baja (fría). Con relación a la temperatura existe un factor indispensable para la floración de las orquídeas, independientemente del grupo al que pertenezcan. Este factor es que se presente una diferencia de por lo menos 10 grados centígrados entre la temperatura diurna y la nocturna.
Humedad
Las orquídeas necesitan una atmósfera húmeda. En la naturaleza, se refrescan con la lluvia y el viento suave las seca. Esto significa que estas plantas están acostumbradas a periódicamente recibir estas condiciones lo más que sea posible.
La humedad relativa se refiere a la cantidad de vapor de agua que contiene el aire. Las condiciones de humedad que necesitan las orquídeas varían de acuerdo a las especies o variedades, se considera que el rango está entre el 40% y el 70%.
Ya que la humedad ayuda a refrescar las plantas, protegiéndolos del excesivo calor, es aconsejable incrementar la humedad conforme aumenta la intensidad luminosa y por lo tanto la temperatura que disminuya cuando dichos factores lo hagan.
La humedad puede incrementarse colocando otra planta cerca a nuestra orquídea, humedeciendo constantemente el piso y las paredes circundante o colocando una pileta con agua; si el agua tiene movimiento como en una fuente el efecto será mucho mejor.
Riego
Se debe suministrar dos tipos de riegos a las plantas de esta familia: riego ligero y riego profundo. El riego ligero consiste en mojar las hojas con un atomizador manual.
En la época de invierno debe reducirse al mínimo el riego, e incluso hay algunas especies a las que deben suprimírseles por completo. Durante esta estación puede darse un riego profundo cada ocho o diez días.
Hay que confiar en el sentido común, y proporcionar agua a las orquídeas con moderación; el exceso de la misma ocasiona la pudrición de las raíces.
Fertilización
A través de los fertilizantes se le proporciona a la planta algunos de los elementos que necesita para desarrollarse óptimamente. Lo recomendable para la fertilización de las orquídeas es hacerlo con soluciones diluidas cada ocho o quince días.
Se recomienda utilizar fertilizantes foliares (que se aplican en las hojas). El fertilizante, líquido o granular se disuelve perfectamente en agua y se aplica con un atomizador manual.
Una concentración adecuada es la siguiente: Fertilizante liquido= 1 mililitro por cada litro de agua. Fertilizante granular= 1 cucharadita por cada 4 litros de agua. Los principales componentes de un fertilizante son nitrógeno (N) fósforo (P) y potasio (K).
Además de estos elementos mayores, puede contener otros en pequeñísimas cantidades pero también de gran importancia para las plantas. Es altamente aconsejable usar fertilizantes balanceados, estos tienen los tres elementos, mayores (N, P Y K) más o menos en la misma proporción (hay fórmulas 20- 20-20 o 23-19-17).
Antes de aplicar el fertilizante, la planta debe estar muy bien hidratada, por esta razón se debe proporcionar riego con abundancia el día anterior. Durante el invierno se suspende la fertilización.
Transplante
El drenaje en las macetas con Orquídeas debe ser el adecuado. Para lograrlo es necesario un sustrato muy aireado, suelto y con un agujero de drenaje en el fondo libre. Se debe pensar que la mayoría de especies de orquídeas viven adheridas a la corteza de los árboles (epífitas) con las raíces al aire y adaptadas a secarse rápidamente.
En general, el sustrato a los 2 ó 3 años deja de ser el más adecuado y se empobrece, se compacta reteniendo demasiada agua y acumulando sales de los fertilizantes. Si el riego y la fertilización han sido altos, se deteriora en menos de 1 año. Por ello, hay que renovarlo haciendo un trasplante cada 1 ó 2 años.
Los materiales que se utilizan para sustratos son muy diversos. Una mezcla general y buena es la que se obtiene por cortezas trituradas con musgo en una proporción del 70% y 30% respectivamente. Para más comodidad, en el mercado se encuentran sustratos preparados para orquídeas.
Se debe usar la misma maceta que tenía, se trata únicamente de cambiar el sustrato. En una maceta grande no florecerá hasta que pasen 3 ó 4 años. No olvidar que las orquídeas son felices en tiestos pequeños. Elige un tiesto mayor únicamente si la planta ha crecido mucho.