Iluminación de las orquídeas

Iluminación de las orquídeas. En general, las orquídeas epífitas no toleran el sol directo sobre sus hojas, sin embargo, este es el factor crucial que determina si la orquídea florecerá o no. Se necesita una cantidad adecuada de luz para asegurar un buen desarrollo de la planta y una buena acumulación de nutrientes. Si no se encuentra en un ambiente con la luz indispensable, entonces no podrá producir alimentos suficientes (azúcares) para ser utilizados en un ciclo de floración. Si tiene demasiada luz solar será quemada y desecada por la excesiva transpiración.

Generalmente se puede saber cuánta luz necesita un ejemplar con sólo observar su follaje (hojas). Para la mayoría de las orquídeas, un buen indicador es la coloración verde claro de las hojas, ésta es la situación ideal para que una orquídea florezca. Al estar expuestas a una cantidad excesiva de luz, las hojas oscurecen un poco su follaje debido a la mayor fabricación de pigmentos rojizos, que protege a las hojas de la luz, e indica que la planta está funcionando bien para evitar las quemaduras en sus hojas.

Si la orquídea no tiene suficiente luz, muestra los siguientes síntomas:

  1. Planta con hojas verde-esmeralda, oscuras y sin brillo, pero con un sistema de raíces sano.
  2. Cada brote nuevo es más pequeño que el anterior.
  3. Planta de aspecto débil.
  4. No florece o produce muy pocas flores.

Algunos consejos para mejorar la iluminación natural:

  1. Mover las plantas a un lugar con una mejor fuente de luz natural, como una ventana más iluminada.
  2. Abrir las cortinas de las ventanas cercanas al lugar donde tenga sus plantas.
  3. Sacar los objetos o cosas que puedan atajar la luz natural (otras plantas, árboles, muebles, etcétera).

Sin embargo, hay que tener mucho cuidado al cambiar la planta a un ambiente con mayor luminosidad, porque un ejemplar que ha estado expuesto a poca iluminación por un periodo prolongado tendrá hojas delicadas, más sensibles a la luz y pueden quemarse fácilmente.

Por ello, se sugiere mover gradualmente el ejemplar a ambientes más iluminados para permitir que se aclimate lentamente. Si al mantener la orquídea en su nueva ubicación se nota que las hojas comienzan a mostrar signos de quemadura (se vuelven color café o muy secas) se debe alejar la planta de la fuente de luz o darle mayor sombra por una o dos semanas hasta que se adapte al nuevo nivel de luz.